De las cinco cotas más altas de Portugal, tres pertenecen a la isla de Madeira, una, la más alta, a la de las Azores y sólo una de ellas a la Portugal continental: el Pico de la Torre, en la Sierra de la Estrella, a 1993 metros de altitud sobre el nivel del mar. A 218 kilómetros de este último punto, y a una altitud mucho menos elevada - 93 metros -, está Alcanede, una freguesia del concelho de Santarem que cuenta con alrededor de 5000 habitantes. Uno de ellos es Tomás Barreiros, un rider de descenso que bebe de la influencia ciclista de su abuelo, pero que ha ido perfilando sus preferencias en base a su fuerza de voluntad: “las bicicletas siempre han estado presentes en mi vida. Mi abuelo era un apasionado del ciclismo y me transmitió esa pasión, aunque en una versión, digamos, un poco menos radical que la que yo practico ahora”.
Barreiros (21-05-2000, campeón nacional de DH en 2017 y de la Taça de Portugal en 2018) cuenta que su familia paterna es tan grande que él y sus primos pasaban las tardes y los fines de semana de su niñez acondicionando pistas y saltos, casi como parte de un viaje de iniciación a lo que terminaría siendo su gran pasión: “luego fuimos creciendo y nos sacamos el carné de moto, pero yo fui el único que siguió andando en bicicleta".
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